Poner en palabras lo que sentimos

o tenía una compañera en el trabajo que se sentaba al lado mío. En una de las muchas tardes épicas que viví con ella, yo había presentado un laburo con mucho amor.

De pronto, el papel con mi obra estaba sobre el escritorio bajo la mirada de unas cinco personas que parecían depredadores de mis palabras. Toda mi creatividad bajo la lupa de los “expertos” que la tenían que aprobar para que saliera comunicada a todos los empleados de la empresa.

Ella, psicóloga natural y por profesión, algo vio en mi cara esa tarde. Y cuando todos se fueron me dijo que no les diera bola, que criticar sobre lo hecho era fácil, pero que a ninguno de todos esos se les caía una idea para tirarla al papel. “Sacala así y cuando pegue, que no se quieran colgar de tus tetas.” Clarísima la orden!

Será por personas como ella que nunca he dejado de poner palabras. De a ratos, una nube me tapa con su sombra y me quedo muda, pero sé que al final, voy a sacar la obra así, porque esa obra, soy yo. No se puede empezar a hablar sobre lo que no se ha dicho ni escrito, y si no se dice, las interpretaciones nos leen como quieren.

A mí me gusta leer lo que tengo para decir.
Poner palabras.

Luisa Maria Ahumada

Escritora. Comunicadora. Profesora. Mamá. Obras publicadas: Ciclotimias (poesía). 400 Días, Relaciones en tiempos modernos (novela), Habla Conmigo (cuentos). Palabra de mamá, sin etiquetas que limiten (ensayo). Además, participa en diferentes antologías, revistas y otros medios de comunicación.

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