Así de siempre:
Cuando estás por recordarlo, cuando tenés la idea ahí, o la palabra en la punta de la lengua. A punto de salir. Pero no sale. En realidad, nunca fue palabra. ¿O sí?
Tragarse las palabras para después, terminar escupiéndolas.
Aprender a comunicarse con palabras es hacerlo primero con uno mismo: preguntarse, decirse, afirmarse, cuestionarse, pensarse. Luego, hacerlo (junto) con el otro.
Hablemos más para que las emociones sean nuestras aliadas y no nuestra enemigas, haciéndonos actuar impulsivamente.