Un proceso de comunicación inicia con la presencia activa, con estar. Nace de la intención comunicativa, de la necesidad de compartir, del deseo de mirar y ser mirados.
Es importante preguntarnos cómo estamos en nuestros procesos comunicacionales. ¿Qué tan presentes estamos en nuestras conversaciones?
El tiempo de la comunicación,
es el de su intención.