La palabra es un acto revolucionario. Transforma profundamente la realidad. Revolución es una palabra que fractura un orden establecido. La palabra que quiebra también repara. Esa es la paradoja del lenguaje que cose tramas, se arman y desarman relaciones, se crean comunicaciones. Un respiro, un silencio. Una hoja en blanco, el vacío existencial. Y la palabra que produce sentido. Una palabra.