Estamos en una fiesta. Yo nunca vi tatuar. Poner el brazo, elegir la manera en que la marca hará estragos en la piel como un trofeo de guerra. Desinfectar la zona, pegar la figura, dibujarla con precisión quirúrgica, disfrutar de esa marca eternamente indeleble. Todos festejan, sacan fotos. Hay marcas socialmente aceptadas. Estamos en una fiesta. Alguien se tatúa. Y vos. Y yo. Y nosotros dos quedamos mirándonos.