El silencio no se corta

Cortar el silencio: ponemos música, prendemos la tele, miramos el celu. Nos cuesta encontrarnos CON y EN el silencio. Habitarlo es enfrentarnos a nosotros mismos. 

Mientras alguien escribe, yo escucho sonidos que el otro no. El que escribe, oye en el silencio voces a las que apenas podremos alcanzar a través del texto. Y nos llevarán a nuestro propio interior.  

Convivir con el silencio es de un valor infinito. Nos enfrenta a los fantasmas, a la soledad más existencial en la que las palabras tienen un sentido. Tanto, que hallarlas será un desafío doloroso y placentero en la misma proporción. 

Nos aturdimos para no escucharnos. A mí me pasa seguido, pero el destino obstinado se ocupa de ponerme en mi lugar. Ahí, entre tanto silencio, una voz me acaricia la cicatriz más profunda y hace visible su textura. La enfoco con la luz del sol, le doy lleno para que florezca y con su olor me lleve, a través de las palabras, al otro yo. 

Hay un silencio áspero que puede ser acogedor cuando no se lo intenta aturdir. Allí, en esa incomodidad, tejo un abrigo de verbos que hilvanan sustantivos, que me adjetivan, que no hablan ni callan porque sí, que se justifican en la comunión que nos abraza. 

Luisa Maria Ahumada

Escritora. Comunicadora. Profesora. Mamá. Obras publicadas: Ciclotimias (poesía). 400 Días, Relaciones en tiempos modernos (novela), Habla Conmigo (cuentos). Palabra de mamá, sin etiquetas que limiten (ensayo). Además, participa en diferentes antologías, revistas y otros medios de comunicación.

All author posts
Write a comment