Cada tanto hablo con mi pasado, ando y desando sus callejones. Me detengo en una escena y la desmonto, acomodo sus personajes y la re-vivo. Sólo intento explicarme. Después, una voz me dicta las palabras y me gustaría conservar el tono de ese mensaje, aunque sé que olvidarlo será la única manera de volver ahí para recordarlo otra vez.