Si abro los ojos, caigo en el verso.
El mundo tan diverso, me apichona en un metro.
Tiemblo.
Soy una lluvia de angustia y un río de ansiedad.
En cambio, cierro los ojos y me veo, apichonada, en MI metro.
Allí donde me acorralló el contexto, escribo este texto.
Respiro.
El aire se lleva las nubes, seca las lágrimas, aquieta los latidos.
Todos comparamos. Todos somos comparados.
El punto de vista cambia la perspectiva.
Mi narración empieza con mi propia comparación.
Si adentro estoy yo, afuera también.










